viernes, 9 de noviembre de 2001

Aproximación al desplazamiento forzado interno en Colombia: imaginarios, representaciones y discursos


Documento presentado en el Seminario Migraciones en Colombia, realizado por el Cenro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá el 9 de noviembre de 2001.
Por: Diego F. Henao A.
En las siguientes líneas trataré de presentar los resultados de una indagación preliminar sobre los imaginarios, representaciones y discursos que sobre el desplazamiento forzado han sido construidos en Colombia.[1] Esta reflexión sirvió de base a la investigación "Impacto del desplazamiento forzado en Pueblos indígenas de Colombia", realizada durante el primer semestre de este año en el marco de un convenio suscrito entre la Consultoría para el Desplazamiento y los Derechos Humanos (CODHES) y la Embajada Británica en Colombia.
El documento consta de dos secciones, la primera contiene una revisión bibliográfica del periodo 1989-1993; la segunda, presenta una reflexión sobre los contextos desde los cuales se puede orientar la investigación social del desplazamiento forzado interno en Colombia. Lo que pretendo con este documento es poner en consideración un seguimiento cronológico del problema a través de textos escritos, mediante una aproximación mucho más metodológica que analítica[2].
Esta revisión constituye un primer acercamiento sobre el cual confluyen interpretaciones y comprensiones de investigadores provenientes de distintas disciplinas de las ciencias sociales, quienes tratan de visualizar el problema, localizar su dinámica, cuantificar su incidencia demográfica y delimitar los actores, escenarios y dramas principales.

la emergencia del discurso sobre el desplazamiento forzado en Colombia

Una revisión de la literatura producida durante el periodo precitado, orientada al esclarecimiento de la emergencia desplazamiento forzado interno, en tanto problemática social y discurso relevante en Colombia, nos lleva a señalar la gravedad del conflicto armado interno que estamos viviendo desde hace varias décadas. Dichos documentos insisten en contrastar la divergencia ostensible entre las disposiciones y los imaginarios sociales de los actores armados y las formas de ruptura de la convivencia de la población civil. En el mismo sentido, redundan en caracterizar los territorios bélicos de manera histórica, y los territorios de tránsito y recepción, así como la situación de desplazamiento de las poblaciones afectadas de modo sincrónico; es decir, que mientras se piensa en la trascendencia histórica del conflicto armado en las regiones focalizadas, la migración forzosa se estudia como un problema que emerge durante la última década.
Todos los documentos coinciden en señalar que en Colombia, esta problemática, no obstante su recurrencia histórica, sólo fue reconocida como consecuencia de la 'última cresta' de violencia, conocida como "Guerra Sucia", que cobró visibilidad nacional e internacional desde 1987 con la política de exterminio del partido político de izquierda Unión Patriótica (UP). El DFI sólo comienza a tratarse públicamente como una problemática social relevante hacia 1989.
En los documentos producidos desde entonces se han presentado aproximaciones que incluyen distintos niveles de complejidad, distintas escalas de acción (local, regional, nacional y global); son publicaciones que van desde los boletines de Organismos No Gubernamentales; informes de consultorías; investigaciones de pre y posgrado en universidades nacionales y extranjeras; documentos de formulación de políticas sociales; diagnósticos y pronósticos de organizaciones de desplazados; Informes sobre las dos primeras "misiones" realizadas por Agencias Internacional de Derechos Humanos y organismos multilaterales; hasta unos cuantos libros que recogen ponencias de diferentes seminarios y resultados de las primeras investigaciones académicas. Durante este periodo la edición de artículos en revistas es más bien escasa; los pocos que se imprimieron aparecen en publicaciones de circulación restringida, generalmente producidas por Organismos Gubernamentales y No Gubernamentales, especialmente internacionales, enfocados a la divulgación de los derechos humanos, al análisis del marco institucional del Estado, y al análisis sociodemográfico de la problemática en algunas regiones del país, algunos de los cuales incluyen testimonios de sujetos en situación de desplazamiento.

Umbral de emergencia

Durante el primer lustro de los noventa, se percibe el Umbral de emergencia de esta problemática caracterizado por la insistencia en construir estadísticamente el problema, según un movimiento causa/efecto que determina 'gravedad' del "fenómeno". Son documentos que empiezan señalando la clasificación de los espacios en los cuales ocurren los eventos de desplazamiento asociados a las "zonas de conflicto": "lugares de expulsión" y "lugares de recepción"; esfera conceptual en la que se examina la incidencia de cada una de las causas, que se establecen en relación con los efectos, y un acto de violencia específico. En esta clasificación sobresalen como lugares de expulsión las regiones donde se han desarrollado los últimos procesos de colonización en Colombia: Amazonía Occidental (Putumayo), Orinoquía Occidental (Meta), el Gran Urabá (Antioquia, Córdoba) y la región del Magdalena Medio (Antioquia especialmente). Así mismo, sobresalen las ciudades intermedias o circunvecinas al lugar de expulsión como lugares de recepción (Medellín, Villavicencio, Montería). Con este fondo de geopolítica nacional el uso de categorías como migración, "refugio interno" y "desplazamiento forzado", "exodo interno", provenientes de la Demografía clásica y del Derecho Internacional Humanitario, contribuyeron a discusión aunque sin establecer una distinción clara entre dichas categorías.
La mayor parte de los documentos inician sus explicaciones presentando el conjunto de ausencias y precariedades que sobre la materia presentan los informes nacionales e internacionales sobre la situación de derechos humanos en el país, en términos de información , del derecho colombiano en términos de normas especializadas para afrontar la problemática; de la sociedad civil en cuanto la debilidad de sus respuestas, de las agencias humanitarias basadas en el derecho internacional para tiempos de paz en cuanto su perspectiva de nuestra sociedad en estado de guerra; del estado en cuanto a la ausencia de un sistema de información fiable que permitiera construir explicaciones mucho más profundas, cuantificar la problemática y asumir sus responsabilidades en la dinámica. De los oganismos de control del Estado en cuanto a la ausencia de un sistema de alerta temprana de carácter  interinstitucional, de cobertura nacional, fiable y unificado.
En este último aspecto, si bien se intentó cuantificar la problemática del desplazamiento las cifras fueron consideradas exclusivamente como estimativos y proyecciones que intentaban aproximarse a las verdaderas dimensiones de la problemática. Las dificultades asociadas  con la imposibilidad de cuantificar completamente el fenómeno fueron las siguientes: "1. La población desplazada es altamente móvil. 2. Los patrones de residencia de dicha población son dispersos e inestables; 3. Esta población, frecuentemente por razones de seguridad, requieren pasar desapercibidas, lo que implica que la gran mayoría de ellos no aporte ninguna información a los diversos y desconectados sistemas de recolección de información existentes. 4. Un gran número de desplazados no acude a instituciones estatales, ONG, organizaciones de base u otras ayudas, por desconocimiento de los programas existentes o por desconfianza en las instituciones gubernamentales.
Estos documentos se caracterizan por su énfasis en las condiciones sociopolíticas de la Guerra Sucia y la dinámica del paramilitarismo, las condiciones socioeconómicas de esta población, la naturaleza regional del desplazamiento y sus modalidades, la identificación de sus "actores", y su relación directa con ciclos recurrentes de violencia a partir de conflictos por la tierra. En esta dirección, se presentan interpretaciones sobre la relación del refugio interno con los modelos de represión, las políticas de contrainsurgencia, las responsabilidades en materia de derechos humanos y las dinámicas de negociación en los procesos de paz colombianos, adelantados entre la insurgencia y el Estado. En términos generales se acogen los conceptos derivados del análisis de esta mismas problemáticas durante la década de los 80 en Perú, Salvador y Guatemala.[3]
Los documentos que se publican en 1991 contienen los resultados de las primeras investigaciones sobre el desplazamiento forzado abordadas durante los dos años anteriores, dos de ellas patrocinadas por agencias internacionales, una de las cuales recoge el producto de la primera Misión Internacional destinada al reconocimiento de dicha problemática social.[4] En 1992 se publicaron 4 documentos producidos durante el año anterior, entre ellos, una ponencia y el libro "El desplazamiento interno en Colombia", que recoge 7 ponencias presentadas al Primer Seminario y Foro Nacional sobre desplazamiento interno en Colombia. Éstos, presentan argumentos sólidos en torno de la complejidad del "fenómeno", de la multiplidad de actores, y de la ausencia de respuestas eficaces por parte del Estado.
El énfasis se orienta hacia la discusión sobre la escasa normatividad existente para solucionar esta problemática social, la unión de intereses políticos y económicos tendiente a una mayor concentración de la tierra; la urgencia de la aplicación del Derecho Internacional Humanitario al conflicto armado colombiano[5]; la puesta en perspectiva, conexión y periodización histórica del desplazamiento desde "La Violencia" hasta la "Guerra sucia";  el acuerdo sobre la necesidad de ampliar el mandato de la ACNUR con respecto a la atención de la población desplazada en sus propios países; la necesidad de cuantificar el "fenómeno"; la prioridad de fortalecer el papel de las ONG nacionales; y, la necesidad de construir políticas sociales pertinentes.
En 1993 se publicaron en total 8 documentos importantes: 3 informes[6] que corresponden, el primero, a una investigación antropologica sobre la población en situación de desplazamiento ubicada en Bogotá que centra su atención sobre los aspectos psicosociales del desplazamiento, a partir de una caracterización de los desplazados en la ciudad, mediante entrevistas abiertas que recrean la relación entre la población desplazada y las instituciones gubernamentales; el segundo, es un Informe del Gobierno Colombiano donde se presenta una análisis demográfico y se señala la "aguda incidencia de la violencia" en la población en edad productiva; las secuelas de viudez, orfandad, y la mayor densidad de rol en cabeza de las mujeres. El tercero corresponde al Informe De La Consulta Permanente Sobre Desplazamiento En Las Américas producto de la segunda misión internacional sobre esta dinámica en el país, denominada "Misión in situ de asistencia técnica sobre desplazamiento interno en Colombia". Es precisamente el año durante el cual se hizo público un anteproyecto de gobierno para poner en funcionamiento una prueba piloto sobre atención de población desplazada[7]. De los 3 libros[8] publicados, uno es de autor y los dos restantes son producto de sendos seminarios en los cuales se enfatizó sobre la relación entre el DIH, los DDHH y el Estado frente a la violencia política, sobre la expropiación territorial por parte de terratenientes y narcotraficantes; y en la puesta en escena de las experiencias de trabajo de las ONG, que desde la economía solidaria desarrollaban proyectos con campesinos, mujeres e desplazados.
La mayor parte de estos documentos insisten en proponer nuevas periodizaciones, esta vez desde los años treinta; nuevas tipologías de desplazados y regionalizaciones. Se percibe la emergencia de  nuevos sectores campesinos afectados y continúa el análisis regional de la problemática a la luz de las respuestas del Estado, las ONG, la Iglesia, así como la presión de la comunidad internacional. Es precisamente en este año que empezaron a circular los documentos expedidos por la ACNUR sobre la proteccción de la mujeres refugiadas y sobre la diferenciación técnica, jurídica y conceptual entre desalojos forzados y desplazamiento forzado[9], y el texto "Feeding the tiger: displaced people"[10] que presenta cifras contundentes sobre Colombia con una resonancia internacional y nacional sin precedentes.

Aspectos metodológicos

Si bien cada uno de los enfoques del DFI oscilan o integran la orientación cuantitativa y la orientación cualitativa el enfoque metodológico de este periodo es primordialmente cuantitativo, orientación que desde entonces adquirió un buen desarrollo. Los datos y cifras que se manejaron durante este lapso tienen origen en tres direcciones deferentes: las ONG nacionales, las ONG internacionales y el Estado. Este trabajo, inicialmente en cabeza de Codhes, fue extendido posteriormente por otras ONG que han hecho aportes significativos para el conocimiento de la magnitud y proporción de este "fenómeno" como es la Conferencia Episcopal de Colombia; el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), entre otros.
Los organismo multilaterales como la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR; Amnistía Internacional; Human Rigths Watch; constituyen cajas de resonancia internacional que proveen datos tomados en su mayor parte de fuentes nacionales. Para estos años, las entidades del estado no podían establecer cifras fiables debido a la precariedad de sus sistemas de información especialmente en las Personerías y Defensorías del Pueblo. Con muy pocas excepciones la información proveniente de la mayoría de estas entidades se ha caracterizado por:
·         La discontinuidad de los datos: sólo ofrecen cifras para un período determinado, una coyuntura especial;
·         la parcialidad: su información se refiere a regiones, localidades o población situada en lugares específicos, de áreas urbanas;
·         la especificidad: se ocupan preferentemente de los desplazados clsificados con criterios de vulnerabilidad o de aquellos que se enmarquen en los criterios de asistencia o de investigación de quienes ofrecen la ayuda: género, edad, pertenencia étnica, preferencias políticas, tipo de derecho violado o población atendida entre otras.
Esto ha traído consigo la emergencia de profundas diferencias entre las cifras “oficiales” y los guarismos proporcionados por las entidades “no oficiales”; lo que se debe, entre muchas otras cosas, a las (1) diferentes fuentes consultadas: desplazados unipersonales, familiares, multifamiliares, colectivos; etc.; (2) a las distintas metodologías aplicadas: diagnósticos; censos; entrevistas semiestructuradas (3) a las intencionalidades manifiestas e implícitas de quienes demandan la información: éticas, políticas, económicas, morales, ideológicas, etc; (4) a la causa del desplazamiento: amenaza; bombardeo, asesinato de parientes; lesiones físicas; (5) a la calidad de los actores de acuerdo al desplazador: por paramilitares; por guerrilla; por delincuencia común; por ‘recomendación’ de la fuerza pública; (6) al tipo de funcionario o investigador que registre la información: funcionario del ICBF; Comité Internacional de la Cruz Roja; el Defensor del Pueblo; el investigador académico; el estudiante universitario; etc. (7) o al tipo de prevenciones de la población desplazada: el riesgo, el estigma y la discriminación, entre otros.

Aspectos analíticos

Los primeros documentos revisados presentan una integración de tres características específicas: el diagnóstico coyuntural, la denuncia política y la síntesis sumaria de algunas consecuencias históricas para la convivencia pacífica en el país; lo que permitió generar paulati­namente profundas reflexiones sobre la racionalidad de y en el conflicto, sobre la clarificación de los intereses en juego y sobre la formación de un reconocimiento, aunque minimalista, de la toleran­cia como un valor substancial. Del mismo modo hay que anotar que si bien los momentos que se perciben y clasifican aquí dimensionan en mayor grado las caracterísiticas con que los definimos, todos ellos contienen procedimientos, aproximaciones y divergencias significtivas que los caracterizan. Es decir, estas escrituras/lecturas del desplazamiento no son excluyentes entre sí; esta construcción que definimos como umbral intenta recoger un primer momento del tratamiento del DFI que si bien no es observable empíricamente, por lo menos a primera vista, constituye un método de acceso a la comprensión del problema.
El tratamiento que se la ha dado al DFI  en Colombia por parte de los científicos o analistas sociales, esta orientado desde 5 modalidades de abordaje distintos: 1. Enfoques antropológicos; 2. Enfoques Jurídicos; 3 Enfoques con Perspectiva De Género. 4. Enfoques Psicosociales; y 5. Enfoques Polítológicos.
Lo que se percibe en lo documentos es que la mayoría de los analistas sociales subsumían el desplazamiento en (lo que hoy denominan algunos investigadores como) "la violentología", de tres formas distintas: la primera como un subproducto del conflicto armado interno (por abogados y politólogos), la segunda como una forma residual de "las violencias" políticas regionales y globales producto de la colonización (mayormente por antropólogos e historiadores); y como subregistro de la migración interna (especialmente por sociólogos), no obstante que el fenómeno persistiera durante los últimos cien años, y que en tanto descriptor socioanalítico se pudiera evidenciar como un conector histórico-político entre la "guerra de los mil días", el periodo de "La Violencia" de mediados del siglo XX", y la "Guerra Sucia" de principios del mismo siglo. La mayoría de los documentos se refieren a la violencia física y muy escasamente a la "violencia simbólica". De otra parte, no se aplicó un enfoque transdisciplinar, aunque  la elaboración textual involucrara distintos enfoques disciplinares.
Los aportes que el enfoque cuantitativo produjo se vieron contrarestados por el vacío en los guarismos, por el margen de error y la "cifra negra" que se hace evidente al comparar los datos proporcionados por las diferentes entidades sobre los mismos acontecimientos y espacios. Además de lo anterior se percibe un desfase en la información debido a que hubo población que por el paralelismo institucional hizo parte de un doble registro o registro múltiple. Así mismo, existe el agravante de que hay población que por su propia voluntad no quiere ser registrada, o que por sus mejores condiciones en cuanto a la activación de redes sociales en otros lugares o por las mejores circunstancias económicas se ocultan o pasan desapercibidas[11].
Adicionalmente, la pervivencia histórica del desplazamiento, su heterogeneidad, y el hecho de que no exista una única identidad preexistente que demarque la línea entre los llamados ‘verdaderos desplazados’ o los ‘recién llegados’, y los desplazados intraurbanos de las grandes ciudades, ha sido un problema permanente para la “intervención” gubernamental; el ‘acompañamiento’ no gubernamental y la ‘asistencia técnica’ de las ONG’s Internacionales. En esta dirección son imposibles los cómputos absolutos por más exhaustivos que se realicen. Es decir, que el valor relativo de la cuantificación elaborada ha radicado en bosquejar líneas tendenciales, líneas gruesas sobre las dinámicas internas del proceso, más que una comprensión detallada del problema.
Por último, se perciben tres perspectivas distintas de orden institucional: 1. La provisionalidad e imprevisión de las políticas estatales implementadas para asistir a la población desplazada, que se dispersa geográficamente; 2. La proliferación de discursos académicos que intentan delimitar y generar mayor eficacia en la disminución de su vulnerabilidad; y, 3. La excesiva operatividad e hiperactividad responsiva de las acciones locales y globales de las ONGs que terminan luchando exclusivamente por la sobrevivencia biológica de esta población.
En consecuencia, los estudios a profundidad fueron escasos y por lo general confluyeron en aspectos comunes que le restaron calado e incidencia política: 1. Su urgencia analítica; 2. La retórica temática de acuerdo con coyunturas específicas[12]; 3. La tendencia microprocesual de los análisis situacionales; 4. El tratamiento coyuntural de la problemática (la emergencia, dureza o ablandamiento de los procesos); 5. El señalamiento de la centralización asistémica de las soluciones, decisiones y recursos; 6. La insistencia en el proceso de denuncia como la lógica de acción política más común; y, 7. La revelación del sentido responsorial de las políticas sociales trazadas sin tener en cuenta la proyección sociocultural, económica y política de estas poblaciones, del conflicto armado y de las políticas públicas que directa o indirectamente afectan las desiciones que sobre el tema han sido implementadas con éxito anteriormente (de familia, por ejemplo).
Durante el año 1994 y debido a la presión internacional sobre el Estado colombiano, ejercida durante el periodo analizado, a cerca de la situación de los DDHH en el país, algunas entidades públicas decidieron impulsar actividades académicas relacionadas con la problemática.[13] Hasta aquí vale decir que la apropiación de la masa crítica sobre el desplazamiento forzado al interior del Estado cubrió un período de cinco años (1989-1993), en el cual se presentó una sedimentación conceptual sobre la delimitación de las responsabilidades del Estado en la formulación de programas o políticas gubernamentales orientadas por instituciones específicas. Instituciones que reflejan las ambiguas connotaciones que para entonces tenían los funcionarios del gobierno sobre el Desplazamiento Forzado Interno: 1. Como "desastre ecológico" adscrito al Sistema De Atención Y Prevención De Desastres; y, 2. Como un "problema de orden público" para los ministerios de Gobierno, del Interior y de Defensa. En este contexto es que la construcción de la categoría desplazado ha delimitado un "sujeto abstracto, único, inmutable, blanco o si acaso mestizo, campesino y pobre.

reflexiones finales

La migración involuntaria conocida hoy como desplazamiento forzado interno tiene como plataforma de su construcción discursiva las normas que rigen el Estado nacional moderno, es decir el juego de las regulaciones internas que se recrean a partir del Estado, a partir de un fondo común: el principio de soberanía. Es por eso que la migración forzada generada durante los doscientos años de vida ‘republicana’ de Colombia podría ser analizada como desplazamiento forzado interno, no obstante las críticas al presentismo histórico, provenientes de las epistemologías de una ciencia social como la Historia. Más allá de esas posibilidades, es necesario destacar el marco dentro del cual debe ser contextualizado, desde las problemáticas territoriales, socioculturales, económicas y políticas que genera, hasta la delimitación del marco de posibilidades de esos "límites menos jurídicos", de esas extremidades del poder que cuestionan las soberanías. Bordes en los que se debaten las identidades y los derechos, esos pilares básicos de la confianza colectiva como individual necesaria para vivir en sociedad, en tanto operadores de la complejidad social (Luhman; 1995).
En este sentido, estudiar el desplazamiento significa, inicialmente, examinar los derechos formales inscritos en el concepto de "Ciudadanía", concepto que por lo general está asociado al territorio y en su ejercicio, a lugares concretos como este recinto o los espacios públicos de las megaciudades contemporáneas. El ejercicio real de estos derechos va asociado a lugares concretos porque la diferencia social comúnmente se entiende, se construye y se representa como una diferencia espacial, y viceversa. La ciudadanía en tanto identidad política, habitualmente se basa en sentimientos de pertinencia cultural y social a una comunidad, imaginada o nó, que implican la existencia de conjuntos de fronteras territoriales. Aspectos geográficos de la ciudadanía que han recibido mucho menos atención que sus bases históricas, dimensión territorial que se da por supuesta, relegando a un segundo plano la cuestión del espacio.[14]
En esta dirección, como bien han señalado historiadores y sociólogos, la dinámica sociocultural y política de los últimos 200 años ha estado cruzada por más de medio centenar de guerras civiles, procesos durante los cuales se construyeron y destruyeron diferentes ordenes y regímenes a diferentes escalas, es decir regiones y localidades. Así mismo señalan la emergencia de procesos críticos de la historia colombiana del siglo XX: "la guerra de los mil días", la época de "La Violencia"[15] y la "Guerra Sucia", en cuyo examen encontramos un conjunto de características comunes que configura una relación sistémica entre la dinámica agraria, la violencia sociopolítica, el desarrollo del capitalismo, la urbanización acelerada y la expansión del Estado en Colombia. Relación sistémica que constituye un modelo dentro del cual la migración forzosa cumple un papel fundamental, debido a que esta asociado al (1) despojo de tierras por buena parte de las élites políticas y económicas del país, y (2) a la creación de condiciones propicias para la inserción de grandes márgenes de población[16] en la dinámica del capitalismo (agrario, agro/industrial y el reciente capitalismo medioambiental.
Los momentos precitados son simultáneamente: 1. Periodos de importantes cambios sociopolíticos; 2. Etapas de densificación y aceleración histórica del capitalismo global y local, caracterizadas por el paso continuo de un "capitalismo extensivo" a un "capitalismo intensivo"[17]; 3. Procesos de disminución de "territorios públicos" y por lo tanto de mayor privatización territorial; 4. Fases caracterizadas por la disminución de la apropiación minifundista y la mayor concentración de la tierra en pocas manos, 5. La consecuente dinamización del mercado de tierras; 6. La inserción de nuevos cultivos de exportación (monocultivos) legales y/o ilegales; y 7. Procesos específicos de resistencia cultural, lucha social y política (Bejarano 1983; Le Grand 1983; Fajardo 1993)
Momentos en los que se han aplicado discursos y prácticas que proveían fronteras políticas, geográficas y económicas, especialmente, entendidas como espacios de colonización por parte de las élites del país, mediante el uso/legitimación de organizaciones armadas estatales y paraestatales, prácticas de corrupción e impunidad y el estrechamiento del campo de acción política. Esto ha dado como resultado la conversión de vastos territorios en fronteras de indefinición jurídica[18] mediante la morosidad y el aplazamiento para la "titulación de tierras" (no obstante que los campesinos recurrieran al Estado para que mediara en las relaciones entre hacendados, arrendatarios, parceleros, minifundistas, y empresas multinacionales)[19]. Estos procesos han derivado prácticas de dominación que desencadenado dispositivos concretos: expulsiones y expropiaciones territoriales, promoción acelerada de la migración forzosa, políticas no explícitas de despoblamiento dirigido; urbanización espontánea y planificada de algunos ecosistemas; aumento de la influencia de agentes externos; mayor nucleación urbana/urbanización; y finalmente la aceleración de un "imperialismo categorial" por medio de la gradual intervención —directa e indirecta— de organismos multilaterales, multinacionales, otros estados, etc.;. dando paso al uso, cada vez más profundo, del derecho internacional en los conflictos sociales internos.
En esta dirección, los estudios relacionados con la migración (voluntaria o involuntaria), si bien a distinguido y señalado los cambios demográficos más importantes (transición demográfica) con sus cifras y consolidados, con sus censos nacionales y proyecciones (en ocasiones sin la cobertura suficiente, sobre todo para las estadísticas construidas entre 1938 y 1963), han invisibilizado los efectos políticos del proceso de despojo a que han estado sometidos vastos sectores del país, así como el alcance de sus resistencias, convirtiendo esto último en ruido e interferencia, no obstante que muchos investigadores hayan afrontado tales problemáticas desde perspectivas como: el "desplazamiento territorial involuntario"[20]; "las fronteras abiertas" y "las fronteras cerradas"[21]; la "frontera agrícola", la "frontera de la hacienda", "los arrendatarios de frontera", "la frontera económica", "la frontera jurídica", "la dispersión agraria"[22]; la tecnologías del "ritmo de despoblación" indígena y campesino[23] y las estrategias de "desplazamiento continuo"[24] e histórico de las negritudes en el territorio nacional. Perspectivas que permiten realizar un seguimiento al silencio histórico sobre prácticas de dominio territorial que hoy vuelven a emerger para fragmentar la convivencia social, para insertarnos en la lógica difusa de los flujos que controlan los espacios de la globalización.
Más allá de que la fuerza y la violencia aparezcan desde tiempo atrás como lugar común tanto de las representaciones sociales de los académicos colombianos como de la población campesina, ha quedado en claro que han sido aplicadas a individuos y poblaciones enteras en pro de distintos órdenes políticos internos, y, que hoy más que ayer, dichos recursos están reconfigurando territorialmente el país. Estas reconfiguraciones territoriales son condición y resultado de nuevas relaciones de poder basadas en el control militar que ejercen los actores armados sobre los actores civiles, y que reproducen y/o producen territorios, formas organizativas, tipos de apropiación, maneras de conocer y modos de expresión. Es decir: estratificaciones, centramientos y limitaciones en el sistema político; cohesión y ruptura de redes de sociabilidad, transacción y comunicación en la sociedad; identidades y exclusiones en la cartografía simbólica de la individuos e instituciones (procesos culturales); la transformación epistemológica de los saberes (distinciones) y sus silenciamientos; y, las transformaciones en la subjetividad social y su legitimidad jurídica: sujeciones (totalizaciones) y resistencias sociales (singularizaciones).
Tales centramientos, deslocalizaciones y limitaciones del ejercicio del poder constituyen también la expresión de los saberes y sentidos de una sociedad, particularmente de la teoría del derecho, que intenta fijar la legitmidad del poder a través del problema principal de las sociedades occidentales: la soberanía[25]. Concepto que, en palabras de Foucault ha tenido por función la disolución de las mútiples formas de  dominación (de los sujetos en sus relaciones recíprocas, los múltiples sometimientos, sujeciones y obligaciones) y sus consecuencias en el interior del poder para hacer aparecer en su lugar: los derechos legítimos de la soberanía y, la obligación legal de la obediencia (Ibíd). Soberanías histórico-políticas como el Estado-nación, los departamentos, y municipios, etc.; soberanías culturales como los territorios de minorías étnicas; soberanías económicas como los complejos industriales y las zonas de explotación, etc.; o soberanías militares, como los puertos, aeropuertos, brigadas, zonas de entrenamiento, retenes, zonas de expulsión de desplazamiento, etc.; cuyas fronteras delimitan la sociabilidad, las formas de comunicación y los circuitos de transacción, mediante sistemas de regulación y practicas disciplinares; mediante distintos dispositivos y tecnologías de control social.
Sistemas que se manifiestan en el habla cotidiana de las propias poblaciones en situación de desplazamiento y en los informes de investigación sobre desplazamiennto forzado mediante expresiones cargadas de miedo, dolor y sufrimiento colectivo: "poblaciones dominadas por el miedo", "un país dominado por el miedo", "el clima de miedo en los últimos tiempos"; "el miedo crece en la ciudad debido a los actos terrroristas de los últimos días", etc.; expresiones que no hacen otra cosa que traducir panoramas perceptivos y enseñarlos como indicios, sensasiones y cicatrices que marcan los cuerpos, que enuncian la corporealidad del desplazamiento[26]. Es decir, ponen en evidencia que el dolor y el sufrimiento no surgen sin más de los azares de la vida, sino que pueden ser "experiencias creadas y distribuidas de forma activa por el propio orden social" (Das;1999:3). Que el dolor y el sufrimiento pueden ser administrados; es decir que el dolor y el sufrimiento pueden ser producidos y por ende producir resultados. Que dicha economía política del sufrimiento, economía de los "usos sociales" del desplazamiento, constituye además de una estrategia de guerra y estrategia económica, una pedagogía política que se realiza en el umbral de sufrimiento de los seres humanos más empobrecidos. Dicho de otro modo, el desplazamiento forzado interno es condición y producto de un cambio social a todo nivel, desde lo geográfico e histórico hasta lo económico, político y cultural con implicaciones a diferentes escalas: local, regional. Nacional y global.
Como bien lo ha señalado Jennifer Hyndman, las respuestas internacionales al desplazamiento humano en los años noventa se han politizado cada vez más y han dado énfasis a la "gerencia de la migración" ("managing migration"). Hoy más que nunca se habla sobre el Desplazamiento Forzado Interno, tanto en Colombia como en el mundo, sin dejar de asociar a estos discursos el lenguaje y las prácticas de las entidades humanitarias que hacen parte de lo que Viçent Fiças[27] denomina "imperialismo filantrópico". Entidades dentro de las cuales sobresale la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), cuyas actividades se adelantan en buena parte del Sur del planeta, geografía que generalmente coincide con la geografía de aplicación del discurso y las prácticas del 'Desarrollo'. En este sentido, se hace evidente la necesidad de explorar las prácticas y discursos que funcionan como eslabones geopolíticos entre las localidades, los lugares particulares, los organismos gubernamentales (OG), las Organizaciones Comunitarias (OC), las ONG nacionales  y los discursos y prácticas de organizaciones humanitarias que operan por todo el planeta, debido a que la apreciación crítica de las relaciones de poder dentro de y más allá de los límites de organizaciones mayores que gerencian migración está visiblemente ausente.[28]




[1] Henao A., Diego. Las Fronteras Indecibles: Discursos Emergentes Sobre El Desplazamiento Forzado En Colombia, 1990-2000. Tesis de grado, Departamento de Antropología; Maestría en Antropología de la Universidad Nacional de Colombia. 2001.
[2] Para configurar esta revisión bibliográfica se retoma el "Anexo No 5: Reporte Bibliográfico del Desplazamiento Interno" elaborado por la Conferencia Episcopal de Colombia (en adelante CEC) que recoge 67 documentos entre 1989 y octubre de 1994 y que aparece en el texto "Desplazados por violencia en Colombia", en el que hay que incluir dos documentos publicados en 1992 que no fueron reseñados, no obstante su importancia:. “Región  y conflicto” de Fernán González y "La protección internacional de los desplazados internos a la luz del derecho cosmopolítico de Kant" de Hernando Valencia Villa. Del mismo modo, se retoma la "Bibliografía Temática", elaborada por la antropóloga Flor Alba Romero, publicada en la sección del mismo nombre de la revista Análisis Político No 36 de 1999; así como la investigación realizada por el IE-PUA "El desplazamiento forzado en Antioquia" publicado en el 2001.

[3] Hernando Valencia Villa: "Conflicto armado y éxodo interno en Colombia", Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José de Costa Rica. 1991. Serie éxodos en América latina. Ponencia, policopiado.
[4] CONADHEGS/CISF: Damnificados, desplazados y refugiados por la guerra sucia en Córdoba, Urabá, Nordeste y Bajo Cauca Antioqueños. Bogotá,  febrero de 1991. Alejandro Rodriguez y otros: Violencia, desplazamiento: casos Meta y Putumayo. Bogotá, Marzo de 1991. Mímeo. Consejo Internacional de Agencias Voluntarias (ICVA) Misión ICVA a Colombia, Bogotá. Abril de 1991. Mímeo. Asociación Colombiana de Asistencia Social, ponencia presentada al Seminario Nacional sobre desplazamiento 1-4 de noviembre de 1991. Bogotá. Mímeo.
[5] de Alejandro Valencia Villa: "Desplazamiento interno en Colombia" ante el IIDH en el marco de la Reunión Internacional De Juristas Sobre Protección Nacional E Internacional A Poblaciones Desplazadas; (ver Bibliografía)
[6] Clavijo, Claudia; Peña, Clemencia. Estudios exploratorio sobre los desplazados a Bogotá por motivos de violncia política. Corporación de Estudios de Antropología Urbana, Urbanos. Informe de investigación. Bogotá. Julio de 1993. Informe del Gobierno Colombiano. Comisión preparatoria, III conferencia sobre popblación y desarrollo. Bogotá. 1993. Informe de la consulta permanente sobre desplazamiento en las américas. Misión in situ de asistencia técnica sobre desplazamiento interno en Colombia. 1993.
[7] Presidencia de la república, Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, Programa Presidencial Para El Fondo De Solidaridad Y Emergencia Social. Proyecto Matriz De Proyecto Piloto De Atención A Los Desplazados Internos. Mímeo. Bogotá. 1993.
[8] Osorio P., Flor Edilma. La violencia del silencio: desplazados del campo a la ciudad. CODHES-Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Defensoría del Pueblo. Algunas precisiones sobre la violación de los Derechos Humanos en Colombia. Serie Textos de Divulgación N° 2, Bogotá; 1993. Bogotá. 1993. Rojas,  Jorge E. Compilador. Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado. Santafé de Bogotá: CODHES. 1993.
[9] 1993. Resolución 1993/77 de la Comisión de Derechos Humanos ONU. Desalojos Forzados. 1993. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR] Guía para la protección de mujeres refugiadas, Ginebra..
[10] Kirk Robin. Feeding the tiger: displaced people. U.S. Committee for Refugees. Washington 1993.
[11] De allí que un mismo individuo o familia  pueda ser objeto de varios desplazamientos en un período de tiempo de más de una década, desde esta perspectiva habría doble o triple conteo de víctimas según el criterio de las personas y entidades que las atienden; pero cada evento, así recaiga sobre las mismas veredas o localidades y presumiblemente sobre personas “ya contadas“ tiene una gran significación en el ámbito de los despojos, de los derechos conculcados, de las heridas morales y de la ética pública, de allí que para una visión integral y no meramente asistencial del desplazamiento forzado, tan importante como el número de desplazados es la magnitud y la reiteración de los eventos de desplazamiento (IEPUA; 2000; 39).
[12] Me refiero al excesivo centramiento en las condiones sociales generadas por el desplazamiento cuyos si bien seguiran siendo necesarios se convirtieron en los últimos años en un recurso que estancó el análisis del problema y sus posibles soluciones.
[13] Como el seminario-taller convocado por la Oficina de Orden Público y Convivencia Ciudadana adscrita al Ministerio de Gobierno, del que salieron las "Propuestas de Políticas Integrales relacionadas con el Desplazamiento Interno en Colombia".
[14] Rogers, Alisdair. Los Espacios Del Multiculturalismo Y De La Ciudadanía. Revista Internacional de las Ciencias Sociales; Unesco, Paris. No 156. 1999.
[15] Considerado por Bejarano (1983) siguiendo a Hobsbawn, (1974; 264) como la mayor movilización armada de campesinos (guerrilleros, bandoleros, grupos de autodefensa) en la historia reciente occidental, exceptuando algunos casos de la revolución mexicana.
[16] Colonos, arrendatarios, campesinos pobres, pueblos indígenas, comunidades negras y pobladores urbanos de municipios pequeños
[17] Bejarano 1983
[18] Bejarano 1983
[19] Le Grand 1983
[20] Fajardo 1972
[21] Tovar 1980
[22] Bejarano 1983
[23] Fajardo 1980
[24] Oslender 1998
[25] Foucault; 1980:141
[26] Hyndman; 2000
[27] Fiças, 2000
[28] Hyndman 2001